El pasado sábado se dieron cita cuarenta jugadores en el Real Club de Golf Las Rozas.
Cada día hay más golfistas superando barreras no sólo físicas, sino también psíquicas. Y el colectivo de golf adaptado madrileño crece sin parar. Verlos jugar y competir es una inspiración para todos.
El recorrido del RCG Las Rozas está sobre un terreno accidentado, con numerosas cuestas y grandes desniveles, que ponen de relieve la forma física de los golfistas. Para añadir emoción hay abundantes obstáculos de agua, arena y su arbolado es variable y copioso, para acabar de testar el buen juego.

La clasificación quedaba de la siguiente manera:
Ganador hándicap Antonio Botella
Ganador scratch Felipe Herranz
Los jugadores que conforman el colectivo de golf adaptado pueden ser invidentes, jugadores con miembros amputados, sin movilidad en las piernas, y un largo etcétera de discapacidades. Ejemplos de superación que ponen la piel de gallina y caldean el corazón.
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